Capítulo 32: Vinistes...

Adrián recorría el pasillo del hospital como un tigre enjaulado. Cada segundo que pasaba era una eternidad, cada latido de su corazón un recordatorio del tiempo que Valeria llevaba en manos de esos hombres. David estaba con Karla, y la Inspectora Rojas había llegado para una actualización, pero sus palabras sobre "procedimiento" y "búsqueda sistemática" sonaban huecas, lejanas. Su mente era un torbellino de planes desesperados e imágenes aterradoras.

El timbre de su teléfono lo sacó de su ensimismamiento. Lo sacó tan rápido que casi se le cae. MATEO.

—Dime —contestó, sin aliento.

—La tengo, Han —la voz de Mateo era rápida, cortante—. Almacén viejo de la fábrica textil. Muelle norte. Es un campo abandonado. Es allí.

No preguntó cómo lo sabía. No le importó. Esa dirección era un faro en la oscuridad más absoluta.

—Voy —fue lo único que dijo, y colgó.

Giró hacia la Inspectora Rojas, sus ojos ardían con una luz feroz. —Sé dónde está. En el almacén de la fábrica textil del muelle norte.

La
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