Damon*
Averina lo guió hasta su tienda, mientras el campamento ya comenzaba a prepararse para la mudanza.
Tenían que irse de allí cuanto antes. En cuanto ella entró, se volvió hacia él con una mirada penetrante.
"¿El cachorro está bien?" preguntó, y Damon asintió de inmediato.
"Está sano, gracias a los dioses." Averina sonrió, pero sus ojos no se suavizaron.
"¿Y ahora? ¿Crees que vas a ser una familia feliz con ella?" Había dolor y amargura en su voz.
Damon tragó saliva. No quería entrar en ese juego, pero ella continuó antes de que pudiera responder.
"Sé que nunca tuvimos nada concreto, Damon. Sé que fueron solo miradas y conversaciones... Pero también sé que cada palabra que me dijiste fue sincera. Sé que estuviste presente de verdad en esos momentos."
Ella dio un paso hacia él, sus ojos brillando con una emoción contenida. "Eve acaba de dar a luz. Sus sentimientos están a flor de piel. ¿No ves que solo se está apoyando en ti?"
"Averina..."
Intentó interrumpirla, pero ella alzó un