La mañana amaneció envuelta en niebla, y Collin notó que habían llenado su armario con ropa nueva. Revolvió las prendas, buscando algo sencillo, pero por un impulso decidió probar algo diferente.

Se puso unos pantalones ajustados color marrón, seguidos de un corsé y una blusa azul. Se miró en el espejo. Se veía… diferente. Nunca antes había usado pantalones.

El sonido de la puerta del baño al abrirse la hizo levantar la vista.

Liam salió, el cabello aún húmedo, y se detuvo en medio de la habitación. Sus ojos se deslizaron lentamente por el cuerpo de ella, oscuros, intensos.

Ella sostuvo su mirada por un segundo antes de girarse y apartarse del espejo, con el corazón latiendo demasiado rápido.

Él se quedó quieto allí, inmóvil. Luego, sin decir nada, se volvió hacia el armario y tomó una camisa.

"Voy a organizar a los lupinos para ir tras Maden." Su voz rompió el silencio.

Collin se sentó en la cama para ponerse los zapatos.

"¿No crees que es demasiado pronto?"

Liam abrochó la camisa si