Damon*
Antes de que saliera el sol, Damon ya estaba de pie. Se vistió rápidamente, los músculos tensos por la ansiedad. Tenían que ir a la aldea, preparar a sus lobos y finalmente cazar a Maden Star.
Y acabar con aquel infierno.
Detrás de él, Eve se incorporó en la cama, observándolo con ojos cautelosos.
"No creo que sea buena idea quedarnos aquí" su voz era baja, pero cargada de preocupación. "No confío en los Venus. En ninguno de ellos."
Damon suspiró, pasándose la mano por el cabello.
"Yo tampoco. Pero le temen a Liam. No harán ninguna estupidez."
Eve desvió la mirada, mordiéndose el labio inferior, como si quisiera decir algo pero dudara.
Entonces, su respiración se volvió entrecortada.
"El cachorro…" susurró. "Está pateando."
Damon se giró al instante, el corazón golpeándole el pecho al verla incorporarse, con las manos sobre el vientre ya redondeado.
Ella tomó su mano y la guió suavemente hasta la piel tensa.
"¿Lo sientes?"
La respuesta llegó antes de que él pudiera procesarlo: