Collin*
En los días que siguieron, ocurrió un nuevo traslado del campamento. Todos estaban hartos de la huida constante. Los lupinos de Averina, y sobre todo la manada de Liam, ya no ocultaban el cansancio. Se preguntaban en susurros por qué el alfa los había dejado, por qué no se dirigían al territorio seguro, al hogar prometido. ¿Por qué… estaban tan perdidos?
Collin también se lo preguntaba. Dos días después de la pesadilla con Colen, Liam desapareció en el bosque. Sin palabras, sin despedidas. Damon había salido tras él, y cuando volvió lo único que dijo fue que el alfa necesitaba tiempo. Que se mantendría alejado. ¿Por cuánto tiempo? Ni él lo sabía.
La noticia cayó sobre Collin como una cuchillada. Dolía más que cualquier herida. Ella quería estar cerca de él. Quería cuidar, curar, sentir que todavía formaba parte de algo con él. Pero él la apartó. Eligió la soledad. Y eso la destrozaba.
Averina, ya impaciente con todo, se mostraba más severa cada día. La tensión constante, el mi