Collin*
Corría detrás de su hermana, el frío cortando la piel como cuchillas. Las casas destruidas parecían fantasmas de lo que un día fue hogar. Y en medio de aquel escenario apocalíptico, Collin sintió aquel dolor parir en su estómago nuevamente. Se detuvo un instante, jadeando. El dolor repentino atravesó su vientre como una puñalada. Su cuerpo tembló.
Se volvió instintivamente.
Liam.
Lo vio a lo lejos, rodeado por sus lupinos, sumergidos en combate. Habían conseguido alcanzarla. Pero eso no bastaba.
Se recompuso y continuó persiguiendo a Colen, la hermana maldita, el corazón latiendo como un tambor desesperado. El sonido del llanto del bebé, que antes la guiaba, cesó de forma abrupta.
"¡COLEN!" gritó, la voz resonando entre las paredes rotas.
Nada.
"¡Aparece, cobarde de mierda!"
El silencio era cortado solo por los aullidos y los gritos de batalla.
"¡Tu lucha es conmigo! ¡El bebé no tiene nada que ver con esto, joder!"
Collin avanzaba entre los escombros como una loba herida, impu