71

Al día siguiente, cuando regresamos a casa de Tea, hallamos todo aún más desordenado que la noche anterior, aunque pareciera imposible. Tea estaba en su dormitorio, revolviendo el caos que acumulara allí.

—¿Qué buscas? —pregunté, asomándome a la diminuta habitación.

—Nada de tu incumbencia —gruñó sin siquiera mirarme.

Esquivé algo de tela que voló en mi dirección, armándome de paciencia.

—Si nos dices qué buscas, podemos ayudarte a encontrarlo.

—Las botellitas doradas. ¡No recuerdo dónde las guardé!

—¿Las que contienen los rizos de tus hijos?

—¡No me iré sin ellas! —advirtió desafiante.

Le tendí una mano sonriendo.

—Claro que no. Ven, prepáranos té mientras nosotras las buscamos por ti.

Mi actitud la desarmó, a pesar de que se cuidó de mostrarlo. Ignoró mi mano para salir de la habitación gruñendo por lo bajo.

Con la excusa de buscar los tesoros de Tea, Ronda y yo acometimos la titánica tarea de

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App