Capítulo 86 —No soy ese hombre
Narrador:
Apenas salió del estudio, sintió el peso de todo lo que había pasado ese día cayéndole sobre los hombros, como si aún no pudiera soltar del todo esa maldita coraza profesional que se le había pegado a la piel. Caminó hasta su coche con una sola cosa en la cabeza. Cleo. El aire nocturno era denso, húmedo, cargado de electricidad. Se subió, encendió el motor, y sin pensarlo demasiado, comenzó la ruta al penthouse. No tenía nada ensayado, no sabía si iba a disculparse, a pelear, a besarla o simplemente a verla, pero algo dentro de él empujaba con fuerza. Necesitaba hablar con ella. Necesitaba... algo. A tres cuadras, el teléfono vibró sobre el asiento del copiloto. Giró la cabeza con desgano, sin apurarse, sin esperanza, sin urgencia. Romina. El mensaje, simple. Inofensivo a primera vista.
—¿Por qué no vienes a beber algo conmigo? Si no estás ocupado, estoy en casa.
Nerón exhaló por la nariz, lento, sin ruido. La pantalla se apagó y volvió a encend