Capítulo 87—Amigas
Narrador:
Cleo la recibe aún con la piel húmeda y el corazón revuelto, intentando fingir normalidad cuando por dentro está hecha un torbellino. Lia, inocente pero… demasiado observadora para su propio bien, entra como un vendaval, con una caja de pizza en una mano, una bolsa con cervezas en la otra, y los ojos bien abiertos.
—¡Hola, reina del lujo! —canturrea apenas se abre el ascensor y pisa el mármol del penthouse —¡Te traje alimento y alcohol barato, porque el alma también necesita sus placeres básicos!
Cleo se apresura a recibirla, con el cabello aún húmedo cayéndole por la espalda, descalza y vestida solo con un pantalón de pijama suelto y una camiseta vieja.
—Podrías haber avisado —dice, sonrojada, yendo a ayudarla.
—Por favor, Cleo —responde Lia, entrando con total familiaridad —es mi deber como mejor amiga salvarte de una noche aburrida y solitaria. Y además… —se detiene y mira alrededor— este lugar es una maldita maravilla. ¿Tú entiendes lo que es vivir acá