Capítulo 85 —Eres libre
Narrador:
Ambos se vistieron en silencio, aún con la respiración alterada y el pulso corriendo desbocado. Cleo abotonaba su camisa con dedos temblorosos, mientras Nerón, de espaldas a ella, se colocaba el cinturón sin decir una palabra. El silencio no era incómodo. Era denso, cargado, como si todo lo que acababa de pasar aún estuviera suspendido en el aire.
Cleo fue la primera en moverse hacia la puerta. Ya tenía la mano en el picaporte cuando sintió su paso firme detrás. Nerón la tomó de la nuca con fuerza, girándola hacia él sin pedir permiso, y le estampó un beso que le robó el aliento. No fue suave, no fue casto. Fue un beso con hambre, con furia. Un beso como si no se hubiera besado a nadie más en la vida. Nerón le apretó la nuca y la pegó a su cuerpo, aplastando su boca contra la de ella hasta que Cleo gimió ahogada, sorprendida por el asalto, por la intensidad. Pero no se apartó. Le devolvió el beso con la misma brutalidad, con la lengua enredándosele en