Capítulo 84 —Un desliz
Narrador:
El camino de regreso al estudio fue en completo silencio. Nerón conducía con la vista fija al frente, los nudillos blancos de tanto apretar el volante. Cleo iba a su lado, con la mirada en la ventana, viendo pasar el paisaje sin realmente verlo. Ninguno hablaba, ninguno quería romper lo que fuera que se había formado entre ellos. Cuando llegaron al edificio, ella se bajó primero. Caminó hasta el ascensor sin esperar que él la alcanzara. Él tampoco lo hizo. Solo la siguió, unos pasos atrás. Subieron juntos. El aire entre ellos estaba cargado, pero no era incomodidad. Era otra cosa. Algo que no sabían dónde poner. En el estudio, Cleo fue directo a su escritorio. Se sentó, abrió la laptop y trató de enfocarse en cualquier cosa que la distrajera. No funcionaba. Lo tenía en la cabeza, en la piel, en el estómago. Desde su oficina, Nerón entrecerró la puerta sin cerrarla del todo. La miró unos segundos, no dijo nada. Ni una palabra. Solo la observó en silencio