NARRADORA—¡Aquí está el sacerdote, para que vean que no miento! —Wallace, el hijo del Alfa, señaló a su espalda, donde un cansado Memento hacía su aparición.Muy bien custodiado por guerreros fieles a Wallace, subía las escaleras con sumo esfuerzo.Sus ojos agotados y sin esperanzas enseguida buscaron a William en la multitud.Si su hijo estaba bien, entonces al menos había valido la pena resistir.—¡Padre! —William obvió los protocolos y ya iba a subir las escaleras de madera hacia el escenario.—¡Deténgalos! —ordenó Wallace—. ¡El sacerdote está realizando un hechizo muy peligroso para recuperar la salud del Alfa, no puede tocar a nadie! ¡Dígale, sacerdote!Giró la cabeza y le dio una mirada llena de amenazas solapadas.Algunos guardias se movían en torno a William.Memento estaba en una encrucijada. Sabía muy bien que igual, cuando le diera el poder a Wallace y muriera, él se desharía de William como Beta.Pero ahora mismo, a pesar de que el Beta contaba con sus hombres leales, l
NARRADORAEnseguida, el rostro de Wallace comenzó a ponerse rojo y luego púrpura. Sus pies se balanceaban, ni siquiera logró convertirse en su lobo.Fue girado para ver al fin a la criatura que ahora era su verdugo y supo que no tendría salvación.Con los ojos muy abiertos, haciendo ruidos de ahogo y espasmos involuntarios en su cuerpo, el próximo Alfa fue ahorcado sin misericordia.Memento aún no salía de su asombro.—William… es cierto… el Rey… el Rey está aquí… —balbuceaba en los brazos de su hijo.—Sí, papá, aunque él dice que no es el Rey… hay cosas complicadas que no entiendo —William se acomodaba también la falda que le pasó uno de sus hombres.Repentinamente, la manada entera comenzó a arrodillarse.¿Quién más, si no era el Rey, podía verse de esa manera tan increíble?Khalum tenía dolores de cabeza.Arrojó el cuerpo inerte de ese idiota y miró que Lyra estuviese bien.Rey, o lo que fuera, a él no le interesaba.Caminó hasta su loba y la sostuvo en brazos. Los ojos curiosos l
NARRADORA«Su propio compañero Alfa la olió con desagrado, todos dieron un paso atrás, mirándola como si ya no formara parte de su grupo.Expulsada, la loba se refugió en otra parte de la impenetrable jungla para dar vida a sus cachorros.Lyra la escuchaba gimotear, con un dolor extremo; sangre profusa salía de sus patas traseras manchando el blanco pelaje.No salió una camada. Todo ese esfuerzo fue para dar a luz a solo un cachorro.Fue increíble: ese lobezno, al dejar el cuerpo materno, comenzó a cambiar de forma y se convirtió en un bebé humano.Llorando desconsolado, hasta que las lamidas cálidas de su mamá limpiaron su cuerpecito.Esa pobre loba no sobrevivió al parto y dejó en medio de la nada, del peligro, a un cachorro de hombre lobo.¿Cómo podía ser, si ella era una loba salvaje?… ¿el poder que absorbió convirtió a su cachorro en un hombre lobo?A Lyra no le quedaron dudas: ese bebé que no fue comido por ningún depredador y que encontró el curandero de Valle Fértil, era su ma
NARRADORA —¡Lyra, querida! Solo pensé en dejarles espacio a la reunión familiar —se acercó a darle igual un abrazo. —Pero si ya tú eres de la familia… no solo una amiga, ¿no? Lavinia casi se atraganta con la sonrisa en los labios, parada como una idiota frente a Lyra y al lado de Laziel, que también la miraba secretamente divertido. —Yo… bueno, lo lamento por… bueno, tú sabes… ¡Ay, ya qué! —estalló de repente, cansada de fingir como una adolescente pillada in fraganti. —. ¡Me acosté con tu hermano el rarito y me gustó tanto que somos compañeros! ¿Feliz? Todos se quedaron en pausa por el ataque de sinceridad de la acorralada Lavinia, y eso que solo la había presionado Lyra. De un momento a otro, una risa ronca y magnética que solo ella había escuchado, comenzó a resonar en el salón. —Por todos los cielos… ¿mi hermano sabe cómo reírse? ¡Si nunca le había visto tanto los dientes ni de bebé! —Lyra estaba estupefacta. Drakkar, a su lado, pensó en que menos mal que eran hermanos. E
NARRADORAAhora Lavinia era mucho más afilada y poderosa.Salieron del palacio en silencio, dejando una orden de no molestar los aposentos reales bajo ninguna circunstancia.—Lo siento más adentro de la jungla —les dijo la hechicera, señalando un paraje medio oscuro por la sombra de los árboles gigantescos.—Hay animales demasiado peligrosos allá adentro. Yo iré delante —Drakkar se transformó en el acto en su forma de guerra.Lavinia lo miró secretamente asombrada.A pesar de lo que le dijo Lyra, siempre pensó que Drakkar sería un hijo perdido de Eryon.Al fin y al cabo, en este continente nadie había evolucionado por su cuenta a lycan, pero ahora que lo veía… no se parecían en nada.De hecho, con todo el poder que absorbió, Drakkar prácticamente tenía que empujar los árboles para avanzar.Sus pasos dejaban profundas huellas en la tierra húmeda, su aura superior y salvaje se expandía por kilómetros, ahuyentando cualquier peligro.Las bestias bajaban la cabeza a su paso. Era incluso má
NARRADORA—¿Mamá, también estabas ahí? Jeje… ¿Y papá, igual vino? —Lavinia le preguntó a la pelicastaña pechugona que se acercaba como mamá gallina a revisarla.Quiso zafarse la mano de Laziel alrededor de su cintura, pero se agarró a ella como pegamento, a pesar de que Sigrid le estaba echando la bronca por otro lado, entre gritos de histérica y besos en sus frías mejillas.—Sí, estoy aquí, Lavinia. Y ya veo que no perdieron tiempo en su “viaje”.La voz de Elliot resonó hosca, apareciendo en el vórtice.Sus ojos helados fijos en la mano de Laziel sobre la cintura de su hija. Lavinia quería abrir un hueco y colarse dentro… ¿Podría invocar un portal ahora mismo y desaparecer?Elliot bufó mirando fijamente al nieto del Rey. Sabía muy bien que ese Nocturne tenía ideas pervertidas con su Lavinia.Ajustarían cuentas en casa.En lo que Katherine revisaba a su cachorra y Sigrid corría hacia la suya después de besuquear a Laziel, Silas caminó pasando por el lado de su hijo.“Lo hiciste bien
NARRADORALyra rugió al sentir que soltaba su mano de golpe y fue alzado por los aires, cayendo con un golpe sordo sobre la hierba.—¡LYRA! —rugió llevándose la mano al pecho donde sangraba. Dolía, pero no más que la angustia de ver sus pesadillas hacerse realidad.Miraba ansiosamente hacia el vórtice, pensando que ella los había dejado atrás. Khalum aullaba llamando a su compañera.—Cálmate, cariño, estoy de regreso… estoy de regreso —Lyra corrió hacia él y fue abrazada con fuerza.—. No, no, déjame revisar tu herida…—¡No puedo pasar, no puedo seguirte a tu hogar! ¡No me dejará ir!, ¡¡esta cosa no me dejará ir!!Rugió, desgarrándose más el pecho en agonía.Lyra nunca se separaría de su familia, y él lo comprendió en cuanto tocó la barrera: el "Corazón de la Bestia" no podía abandonar este continente.—Papá… abuelo… —Lyra miró con ojos llorosos a sus mayores.Aldric no entendía mucho de lo que pasaba o de magia, pero sí vio todo el amor aparecer en los ojos de ese lobo.Si lo separab
NYX—¡Aaahh! —Un grito me hizo despertarme de golpe, estirando la espalda, sentada en una esquina oscura.La verdad es que ya iba siendo hora de salir de mi escondrijo.—¿Qué sucede, Mora? Ssshh… baja la voz… el príncipe hoy está de pésimo humor —escuché a dos doncellas entrando en el almacén.—Parece que hay ratas, encontré algunos tallos de frutas —torcí la boca.Obviamente, “la rata polizona” era yo misma.Lo peor es que se marcharon a toda prisa y diciendo que buscarían a unos soldados. Era el momento de salir. —M4ldit4 sea —mascullé al encontrar la puerta de salida cerrada. Miré a mi alrededor. Como esto era un sótano, no encontré ventanas en mi inspección rápida. Entonces caminé con prisa hacia una chimenea en una esquina. Me asomé por el agujero, mirando hacia arriba. Llevaba a otra estancia o me dejaría salir al exterior. —Ven a revisar, ¡y no dejes escapar ni una! Los pasos se acercaban, seguidos de la algarabía. Convoqué mi magia y flui como niebla por el estrecho