93. LA CAÍDA DE UN MENTIROSO
NARRADORA
—¡Aquí está el sacerdote, para que vean que no miento! —Wallace, el hijo del Alfa, señaló a su espalda, donde un cansado Memento hacía su aparición.
Muy bien custodiado por guerreros fieles a Wallace, subía las escaleras con sumo esfuerzo.
Sus ojos agotados y sin esperanzas enseguida buscaron a William en la multitud.
Si su hijo estaba bien, entonces al menos había valido la pena resistir.
—¡Padre! —William obvió los protocolos y ya iba a subir las escaleras de madera hacia el escenario.
—¡Deténgalos! —ordenó Wallace
—. ¡El sacerdote está realizando un hechizo muy peligroso para recuperar la salud del Alfa, no puede tocar a nadie! ¡Dígale, sacerdote!
Giró la cabeza y le dio una mirada llena de amenazas solapadas.
Algunos guardias se movían en torno a William.
Memento estaba en una encrucijada.
Sabía muy bien que igual, cuando le diera el poder a Wallace y muriera, él se desharía de William como Beta.
Pero ahora mismo, a pesar de que el Beta contaba con sus hombres leales, l