91. EL PRÍNCIPE SOLITARIO
LAVINIA
«El lobo de hielo gemía lamiendo su rostro, dando vueltas, ansioso.
Toqué mi mejilla que de repente se humedeció. Estaba llorando, como las lágrimas que caían de los ojos de Aidan Walker.
Su desesperación me golpeaba aun en este trágico pasado.
—¡No puedes morir, Bella, prometiste siempre estar conmigo! ¡LO PROMETISTE! —rugió pegándola a su pecho, tomando de su propio líquido vital y tratando de dárselo de boca a boca.
Un beso cargado de dolor y agonía.
La nube de poder se expandía cubriendo el sol, matando la esperanza.
—Lo… siento… —ella apenas podía hablar, lágrimas carmesíes bajaban de sus ojos que se iban cerrando
—Te… amo… Aidan… te amo mi… príncipe…
Los sollozos del macho inundaron el claro, los sonidos de devorar la carne ya muerta del Rey Lobo, pero nada podía arreglar esta tragedia.
Los rugidos de dolor del príncipe Alfa resonaron hasta los confines, aferrándose al cuerpo de su compañera y una tormenta de nieve comenzó a llover del cielo, como si también llorara