Después de unos minutos, la puerta de la oficina se abrió con un crujido y tanto Jaden como Hope salieron.
Julie ya estaba parada en el pasillo, con los brazos cruzados firmemente sobre el pecho y un pie golpeando impacientemente el suelo de mármol.
Sus ojos se entrecerraron. —¿Qué les llevó tanto tiempo? —preguntó con tono afilado—. Y, ¿qué diablos estaban haciendo ahí dentro?
Hope hizo un gesto de descaro, apoyándose con desgano en el marco de la puerta. —Exactamente lo que te estás imaginando —dijo con una sonrisa traviesa mientras le giñaba un ojo.
Julie abrió la boca de par en par. —¿Qué?
Se abalanzó hacia adelante, prácticamente temblando. —¡Quédate lejos de mi hermano! Él ya tiene novia, ¿entendido? —rugió, mirándola con odio.
Hope se echó a reír y le dio una palmada en la cabeza a Julie como si fuera una niña. —Adiós, pequeña guardiana.
Luego se dio la vuelta y se alejó, con los tacones golpeando con seguridad sobre el suelo pulido.
La cara de Julie se puso roja de la ra