Capítulo Catorce: Ecos del Pasado y Sombras en el Trono.
La noche se deslizaba silenciosa sobre el castillo, pero para Lyra, el silencio era una tormenta contenida. En su habitación, apenas iluminada por la tenue luz de una vela, intentaba ordenar los fragmentos de recuerdos que la visitaban sin permiso. Imágenes borrosas, emociones desconocidas que le erizaban la piel, voces que no podía identificar del todo. Cada parpadeo parecía arrastrarla un poco más lejos de la certeza.
—No eres solo Lyra... —susurró al vacío, como si esperara una confirmación que nunca llegaba.
Entonces, una voz familiar y baja rompió la quietud como un soplo de viento que se cuela por una grieta en la piedra.
—Lyra...
Ella giró, sin miedo. Ya conocía esa voz. Ya la esperaba. Morgana emergió de las sombras como si fuera parte de la noche misma. Vestía una capa oscura salpicada de hilos plateados, como estrellas atrapadas en tela. Sus ojos brillaban con sabiduría, pero también con un temor antiguo que solo ella