Capítulo Once. La batalla por el trono.
La lluvia persistía como un lamento que se negaba a callar. El amanecer no traía luz, solo una penumbra gris que empapaba los tejados del castillo y se filtraba en los corredores como un mal presagio.
Lyra despertó sobresaltada. No recordaba haber vuelto a su habitación, ni cómo había llegado a la cama. Solo el rostro del extraño seguía presente en su mente, ese ser entre lobo y sombra que la llamó Serena sin titubeos.
Sus dedos temblaban cuando los alzó ante la ventana. Las líneas de su palma parecían otras. Como si no fueran suyas. Como si alguien más hubiese habitado su cuerpo antes.
Golpearon la puerta.
—¿Lyra? —Era Morgana.
Ella dudó un segundo antes de abrir. La mujer mayor la miró con ojos cargados de preocupación… y algo más. Culpabilidad, oculta detrás de la ternura.
—¿Estás bien?
—No. Me siento… rota. Hay cosas que recuerdo, pero no sé si me pertenecen. Siento como si alguien más hubiese vivido en mi piel.
Morgana cerró la puerta con s