*—Uriel:
Después de la reunión de ideas para la tienda, Raphy los invitó a almorzar, pero solo a Uriel y a Erik, ya que su esposa tenía una cita con unas amigas. Decidieron ir a un restaurante tranquilo cerca del local, uno que ya conocían y donde podían hablar sin interrupciones.
Durante la velada, la conversación giró en torno a temas familiares. Erik, al ser el asistente personal de Uriel desde hacía años, conocía perfectamente a todos sus hermanos, sobrinos y hasta algunos primos lejanos. Se había involucrado tanto en su vida que, en muchos sentidos, era como un miembro más de la familia. Sin embargo, había alguien a quien todavía no conocía: Danny. Y no era por falta de interés, sino porque Uriel no había dado el visto bueno para que su pareja lo visitara en el trabajo. Al menos, no todavía.
Cuando Raphy se excusó para ir al baño, Erik aprovechó el momento para husmear con la desvergüenza que lo caracterizaba.
—¿Cuándo voy a conocer al semental? —preguntó con una ceja alzada, ref