Nadia miró a Héctor y comentó: —¿Por qué esta niña es tan terca? Mateo claramente no la quiere. ¡No se puede forzar un matrimonio así!
Héctor conocía bien a Luciana. En toda Costa Enigma, nadie podía compararse con Mateo. Luciana quería casarse con el hombre más poderoso y no iba a rendirse.
Antes, como Luciana era su hija, había querido que Mateo se casara con ella. Pero habían pasado tres años, y el corazón de Mateo seguía firme hacia Valentina.
Héctor suspiró: —Hablaré con Luciana cuando encuentre el momento adecuado.
Nadia asintió: —Bien, volvamos a la habitación. Te has lastimado la espalda, te aplicaré un poco de medicamento.
...
Después de cenar, Valentina y Sofía fueron a su habitación. Valentina le dio un baño a Sofía.
Sofía comentó sonriendo: —Mami, el tío guapo salió y no ha vuelto. ¿Está muy ocupado?
Valentina tampoco sabía adónde había ido Mateo: —Sofía, el tío guapo probablemente fue a su empresa. La empresa del tío guapo es muy grande, tiene que supervisar a mucha gente.