Fabio rio: —Esta mujer está celosa de Dana y por eso dice esas cosas. Claramente quiere arruinar nuestra cena.
Renata añadió: —Es solo una campesina que se atreve a llamar impostor al doctor Milagros, ¡es ridícula!
Dana, aferrándose a la mano de su novio, se disculpó: —Por favor no le tome importancia. Está tan celosa de nosotros que ya no está en sus cabales.
El doctor milagro miró hacia donde Valentina había desaparecido y respiró aliviado. Aunque no sabía exactamente qué podría saber, ella le provocaba nerviosismo y miedo. Por fortuna, la habían echado.
Pasaba la mirada por la familia Méndez como si fueran su próxima presa. Con una sonrisa suave, comentó: —No hay problema, no le guardaré rencor.
Marcela sonrió. —No dejemos que arruine nuestro ambiente. Vamos a cenar.
—Por cierto, abuela. —Interrumpió Dana. —Tengo algo que anunciar. Me he unido al equipo médico del doctor y ahora tengo acciones en la empresa.
Marcela y la familia de Ángel quedaron sorprendidos. —¿Tienes acciones en e