Capítulo 41
Sus miradas se encontraron.

—Yo no le envié esa foto a la abuela. No voy a disculparme por algo que no hice —explicó.

—¡Qué audacia! Incluso ahora sigue mintiendo, ¡sin ningún remordimiento! —Luciana tiró un poco más fuerte de su ropa.

—¡Discúlpate ahora! —ordenó.

Sintió como los ojos se humedecían, pero mantuvo la espalda recta y respondió con firmeza:

—Te lo repito: no lo hice y no me disculparé.

—Tu mejor amiga, Camila, trabaja en una revista, ¿verdad?—La mirada fría de Mateo la hizo estremecer. ¿Ahora amenazaba a sus amigos?

Notó que Luciana y Catalina la miraban con más intensidad, triunfantes. Mateo destrozaba su dignidad, permitiendo que ellas se deleitaran con su humillación.

Con lágrimas amenazando salir, susurró:

—Perdon.

—Solo por esta vez lo dejaré pasar, pero que no se repita. —Sonrió Luciana.

—¿Te das cuenta? No basta con tener a Dolores de tu lado. No sirve de nada si el señor Figueroa no te ama. —Añadió Catalina, saliendo de la habitación.

Palideció. Mateo no dijo nada
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