Capítulo 46 —Ella tenía razón
Narrador:
Dinorah caminó por el pasillo con el pulso en la garganta, como si cada latido le golpeara las costillas. La sudadera de Mateo aún estaba caliente por su cuerpo, y esa calidez le subía por el cuello como una advertencia. Abrió la puerta de su habitación, entró y la cerró con la espalda, apoyándose en ella. El silencio la golpeó más fuerte que la tormenta.
Se llevó una mano al pecho. No sabía si estaba temblando del frío… o de él.
Se miró en el espejo: cabello húmedo, mejillas encendidas, la sudadera enorme rozándole los muslos. Veía a la mujer que había cruzado una línea que juró no volver a cruzar. Suspiró y se dejó caer en la cama, abrazando la sudadera por inercia antes de darse cuenta de lo que hacía. Se obligó a soltarla.
—No —susurró para sí misma —no otra vez.
Pero el cuerpo no sabía obedecer. Y Mateo… menos.
Del otro lado de la pared, Mateo seguía de pie frente a la puerta cerrada. Había quedado inmóvil después de que ella se fue, con los