Capítulo 126 —Tu nunca dejarás de ser el maldito Diablo

Narrador:

Luigi ya se había bañado y cambiado. El agua caliente le había quitado la sangre de la piel, pero no el cansancio de los huesos. Se puso ropa limpia, simple, sin pensar demasiado, y antes de volver al hospital decidió pasar por la cocina a comer algo rápido. Necesitaba fuerzas. Valeria lo necesitaba lúcido.

Al entrar, el aroma lo detuvo. Aylin estaba allí.

También recién bañada, el cabello aún húmedo cayéndole por la espalda, concentrada en la cocina. Tenía una sartén al fuego y un plato ya servido sobre la mesada. No hacía falta preguntar para quién era.

—Pensé que ya habían regresado —dijo Luigi, rompiendo el silencio. —No es que me molesten, que quede claro —sonrió —pueden quedarse el tiempo que deseen, solo que el Diablo me dijo que estaba deseando volver a su hogar.

Aylin levantó la vista y sonrió apenas.

—En un rato ya partimos, Roman tiene que comer —respondió —Y tú también.

Luigi asintió. Abrió un cajón, tomó un