Capítulo 122 —Fetichismo
Narrador:
Lorena entró en la habitación con pasos suaves, casi imperceptibles. La luz estaba baja.
Luigi estaba sentado al lado de la cama, inclinado hacia adelante, con la mano de su esposa tomada entre las suyas y la frente apoyada sobre ella. Los hombros rígidos. El cuerpo exhausto. Valeria dormía profundamente.
Lorena se detuvo un segundo al verlo así.
Luego se acercó despacio y le acarició la espalda, un gesto simple, humano, lleno de cuidado.
—Te traje ropa, Luigi —le murmuró —Ve a bañarte y cámbiate. —Hizo una pausa breve, mirando la camisa manchada. —No es muy aséptico tu estado… y yo me quedo con Valeria.
Luigi alzó apenas la cabeza. Asintió sin discutir.
Se inclinó con cuidado, besó los nudillos de Valeria con una delicadeza casi sagrada y susurró:
—Enseguida vuelvo, mi amor.
Soltó su mano con esfuerzo, como si le costara físicamente hacerlo. Tomó el bolso que Lorena había dejado y caminó hasta el baño de la habitación.
Cerró la puerta. Abrió la ducha