Capítulo 11 —5 años
Narrador:
La reunión fue tan fría como el mármol del despacho. El abogado los recibió con un gesto medido, propio de quien ya sabe que está a punto de abrir una herida.
Luigi y Valeria se sentaron frente a él, en sillas tapizadas en cuero oscuro. Afuera, la ciudad hervía; dentro, solo se escuchaba el tic-tac del reloj de pared.
—El señor Paz fue claro en sus disposiciones —dijo el abogado, abriendo una carpeta gruesa con hojas marcadas —Dado su estado actual y su pronóstico… irreversible, me autorizó a informarles que el testamento fue actualizado hace dos semanas.
Valeria bajó la mirada. No lloraba, pero sus manos se cerraron en el regazo. Luigi la observó de reojo: ni una lágrima, solo el orgullo en pie, como si todavía se negara a aceptar que su padre ya no era más que una sombra sostenida por máquinas.
—Todo el patrimonio principal —continuó el abogado —propiedades, empresas, cuentas e inversiones, están a nombre de la señora Valeria Paz. Sin embargo, por deci