Capítulo 88
Al día siguiente, Isadora despertó con el calor de los primeros rayos de sol que atravesaban la cortina. Acostada en los brazos de Alexander, sonrió al recordar la noche anterior. Era surrealista estar allí, viviendo ese sueño junto al hombre que amaba.
Después de un desayuno ligero servido en el balcón, los dos decidieron cambiarse para explorar la isla. Como habían viajado con poco equipaje, caminaron hasta una encantadora boutique cerca del resort para comprar ropa de baño.
Isadora eligió un bikini negro que realzaba aún más su piel dorada y sus rasgos delicados, y una salida de baño casi transparente. Alexander, por su parte, optó por un short neutro y una camisa de tela fina, pero sus ojos no se despegaban de su esposa desde el momento en que ella salió del probador.
— ¿Estás segura de que quieres salir así? — preguntó él, medio riendo, medio fascinado.
— ¿Qué pasa, no te gusta? — respondió ella con una sonrisita pícara, girando lentamente para provocarlo.
— Me gusta…