Capítulo 70
Ella sintió el poder que tenía sobre él en ese momento, cómo cada movimiento de su boca lo llevaba más cerca del límite. Sus ojos se llenaron de lágrimas leves, pero no se detuvo, manteniendo el ritmo que lo volvía loco. Alexander arqueó la espalda, los músculos tensos como cuerdas, los dedos enredados en su cabello.
— Me voy a correr, mi ángel... — avisó, la voz ronca.
Ella no retrocedió. Al contrario, se hundió aún más, aceptándolo por completo cuando él explotó en su boca con un gemido gutural. El sabor salado y el calor llenaron su lengua mientras él palpitaba, perdido en el éxtasis. Ella bebió cada gota, lamiéndose los labios cuando finalmente él soltó su cabello, jadeante.
La miró con ojos oscuros, aún nublados de placer, y la atrajo hacia un beso profundo, salvaje, como si nunca pudiera tener suficiente de aquellos labios.
— Me vas a matar algún día — murmuró contra sus labios, las manos recorriendo su cuerpo con una posesividad renovada.
Ella sonrió, sintiendo el p