Capítulo 54
Quince horas después, el avión finalmente aterrizó. El cansancio era visible en los rostros de todos, pero apenas tuvieron tiempo para respirar. Un coche negro los esperaba en la pista, con los vidrios polarizados y el conductor en silencio, sin siquiera mirar hacia atrás.
El viaje por la carretera duró alrededor de dos horas. El paisaje cambiaba poco a poco, dando paso a vastos campos con árboles altos y colinas.
Cuando el asfalto terminó, el coche siguió por un camino de tierra lleno de baches, bordeado por vegetación cerrada. El balanceo del vehículo era constante. Durante una hora más, avanzaron entre curvas y subidas empinadas hasta que, finalmente, avistaron una construcción aislada en lo alto de una montaña.
Era una cabaña grande, de madera oscura, con ventanas protegidas por rejas y una chimenea soltando humo fino en el cielo nublado. Un lugar silencioso… y claramente preparado para que nadie los encontrara.
Cuando el coche se detuvo frente a la cabaña, el sil