Capítulo 242
Alexander se acercó a su esposa, percibiendo el aire preocupado en su semblante. La mirada de Isadora estaba distante, y sus dedos se entrelazaban nerviosos.
— ¿Estás bien, Isa? — le preguntó, intentando sonar tranquilo. — Pareces tensa.
Ella miró discretamente a los lados, asegurándose de que nadie estuviera cerca, y entonces murmuró casi en un susurro:
— Livia y Roger… estaban besándose.
Alexander abrió los ojos de par en par, sorprendido.
— ¿Qué?
Se rascó la barbilla, pensativo, intentando asimilar lo que acababa de oír.
— ¿Hiciste algo? — preguntó, mirándola fijamente.
— No… — respondió, respirando hondo. — No pensé que fuera lo correcto.
Silencio.
Alexander suspiró, negando lentamente con la cabeza.
— Está bien. Vamos a fingir que no lo sabemos. — dijo, en un tono contenido. — Vamos a esperar a ver cómo se desarrolla esta situación.
Isadora asintió. Como madre, sabía que ese secreto no permanecería oculto mucho tiempo.
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En el jardín, Roger se arregló el cuello de