Capítulo 135
Alexander entró en la habitación lentamente. Isadora, volvió su rostro hacia él. Estaba radiante.
Él se acercó, sin desviar la mirada, y tomó su mano entre las suyas.
—Vuelves conmigo a la mansión —dijo, cariñoso—. No voy a permitir que pases por esto sola.
Ella respiró hondo.
—Alexander… yo…
Él negó con la cabeza, inclinándose para besar su frente.
—Eres mi esposa. La madre de mis hijos. No hay nada más importante para mí.
Ella lo miró, emocionada.
—Voy a cuidarte, de cada detalle, de cada instante. Vivirás en la mansión conmigo de nuevo, tendrás todo lo que necesitas… y nunca más te sentirás sola.
Ella dejó escapar una lágrima.
—Yo… tengo miedo, Alex.
Él se sentó al borde de la cama, sosteniendo su rostro entre sus manos.
—Lo sé. Pero voy a estar a tu lado. Siempre.
En ese instante, su corazón se apretó. Era imposible resistirse a esa determinación que ardía en los ojos de Alexander.
—Entonces… vuelvo contigo —susurró ella, rendida.
Alexander sonrió, atrayéndola hacia u