168| No soltarla jamás

Vamos descendiendo por las escaleras hacia el comedor cuando siento que Arielle se detiene. Me doy la vuelta, sus dedos aprietan mi brazo.

—Un momento… —murmura con un gesto de confusión—. Me siento un poco mareada —musita y de inmediato tomo su rostro con ambas manos. Su piel está fría otra vez y comienza a preocuparme.

—No has comido en todo el día, Arielle. Vamos. Te hará bien —le digo con la voz más suave que encuentro, aunque por dentro estoy molesto por todo esta situación, molesto quizá de no haber estado ahí cuando vio a su padre y sostenerla antes de que brotará su llanto.

La guío hacia la mesa que ya nos espera. Una esquina apartada, con vista al lago a través de los ventanales. La lumbre de una pequeña vela titila entre nosotros mientras el camarero nos entrega las cartas. Ella apenas la mira. Yo tampoco. Prefiero verla a ella, a mí Leoncita que me vuelve loco y sonrío por lo estúpido que debo verme, Pero no importa porque esto que ella me hace sentir es como una droga
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP