Capítulo 589
Luis y Elia llegaron primero.

No eran ni las nueve, los dos bebés aún no se habían dormido, pero ya los habían bañado y les habían puesto pijamas de una pieza. Estaban acostados uno al lado del otro en la cama, mordiéndose las manitas y charlando con balbuceos.

Cuando llegó Luis, la gente de los Uribe aún no se había enterado. Al empujar la puerta del dormitorio, la empleada que los cuidaba se volteó sonriendo: —¿La señorita Elia regresó? ¿Este es el papá de Erik y Cecilia? Con esa presencia se nota que es el padre de los niños, se parece mucho a Erik.

Luis se acercó a la cuna, se inclinó lentamente y miró a sus dos hijos en la cama.

Estaban gorditos, muy bien cuidados.

El hermano era un poco más alto, la hermana un poco más pequeña.

Los dos acostados lado a lado eran tan hermosos y adorables. Dos pares de ojitos negros lo miraban dulce y tranquilamente. Cecilia habló primero, con voz suavecita: —¿Papá?

Cecilia agitaba sus bracitos, como pidiendo que la cargaran.

El corazón de Luis se
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