Noche, paisaje urbano.
Samuel y Elia estaban parados lado a lado, pero ya no podían volver al pasado. Él ya no era esa estrella masculina que necesitaba que lo mimaran, ahora era un hombre de negocios diplomático, y ella ya no era esa jovencita cuyo corazón estaba completamente lleno de él.
Ella era Elia, Elia Balmaceda.
***
Después de que Samuel se fue, Elia se quedó sola por mucho tiempo, bebió varias copas más de vino tinto.
El vino tinto era la cereza del pastel después de cerrar un negocio.
Rara vez se daba estos gustos.
Pero esta noche, su ánimo estaba inexplicablemente decaído, tal vez había vendido los sueños de su juventud. Finalmente había abandonado todas sus convicciones para convertirse en una comerciante común y corriente. Esa Elia que quería conquistar el mundo entero ya no existía.
Esto no se lo diría a Samuel.
Ya no eran amantes, tampoco eran confidentes, solo socios comerciales.
Esta noche, por primera vez en mucho tiempo se sintió melancólica.
Después de varias copas