Capítulo 108
Aitana lo acompañó a cenar.

Con los Valencia en medio de la tormenta, Miguel no mencionó nada al respecto, limitándose a charlar sobre cosas cotidianas.

Cuanto más actuaba así, más culpable se sentía Aitana. Sacó un cheque y lo colocó suavemente sobre el pulido escritorio. Era todo el efectivo de su cuenta, 200 millones de dólares.

Miguel miró el cheque y preguntó suavemente: —¿Qué es esto?

Aitana siguió comiendo con la cabeza baja: —Considéralo una pequeña ayuda de mi parte.

Miguel lo empujó de vuelta, su voz tornándose más grave: —Aitana, es mucho dinero, pero el problema que ha creado nuestro socio asciende a más de 2.000 millones. Ambas partes siguen negociando, y podría alargarse mucho tiempo.

Además, no podía aceptar el dinero de Aitana, y el motivo.

Era algo que ambos entendían sin palabras.

Este dinero representaba los años de juventud de Aitana, todo su esfuerzo y dedicación. Si Miguel tuviera algo de hombría, jamás tocaría ese dinero.

De hacerlo, ni él mismo podría respetarse
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