No eres un super héroe
Stefano abandono la habitación seguro que entre dos me someterían con facilidad, la mujer me tomo por la espalda sujetándome de los brazos y el hombre saco de un cajón unas sogas, le di un cabezazo a la sirvienta que me libero llevándose la mano a la nariz, la sangre escurría por sus labios.
Me defendí del hombre con las manos en puño frente a mí, era de complexión delgada lance una patada a su estómago y con el puño le propine un golpe al rostro, se impactó contra la pared el golpe fue lo bastante rudo para dejarlo un poco desorientado.
Me volví a la mujer quien era mayor, aunque se notaba que tenía fuerzas y un complexión fuerte una pelea no era justa, ella dio un paso atrás.
—¡Señor Cortázar! —la mujer llamo a su patrón. Ella misma lo sabía no tendría modo de vencerme.
Aprender defensa personal me fue útil, no perdí más tiempo al huir de esa habitación.
Cuando Stefano se percató y trato de volver yo salí corriendo hacia el lado contrario de la salida, lo más