Stefano no hizo el menor intento por salir a atender, estaba concentrado en el asunto que tenía conmigo, no se notaba preocupado por que fuera alguien que viniera a confrontarlo por alguno de sus negocios “sucios”. O porque “Vinicio” vinera a cortarle las manos, se que Loraine le informo donde me encontraba.
De nuevo llamaron a la puerta de manera insistente, se empezaron a escuchar gritos.
El trato de ignóralo después de todo quien abriría será la servidumbre, pero los golpes fueron en aumento y sin detenerse, alguien iba derribar esa puerta, gruño molesto
Se levanto con un grito y salió llamando a la sirvienta con enfado. Pero la mujer no atendió la puerta y esta volvió a ser golpeada, lo que habia querido evitar estaba por ocurrir.
—No espera quédate conmigo… —fui hasta él para detenerlo, no sabía cómo proteger a Vicenzo. acaricio mi mejilla sonriéndome.
—Dame un segundo gatita… volveré a terminar lo que empezamos.
—Serviré algo de beber.
—Me parece magnifico, no me extrañes.— Se g