33. ¿Regresaremos a Alemania?
Khaled estaba en su habitación después de haber pasado un día maravilloso junto a su hijo. Había decidido regresar a casa temprano para prepararse, pues el lunes le aguardaban múltiples reuniones importantes. Soltó un suspiro resignado y se dejó caer sobre su cama, con la mirada fija en el techo lujosamente decorado de su habitación.
Se sentía agobiado, triste... incluso vacío. Giró sobre la cama hasta quedar mirando por la gran ventana de cristal que ofrecía una vista majestuosa de la ciudad iluminada. No podía dejar de pensar en lo sucedido la noche anterior con Sarada. A pesar del tiempo, ella seguía removiendo todo dentro de él. La extrañaba. Quería abrazarla, besarla, decirle que el pasado ya no importaba, que dejaran todo atrás y comenzaran de nuevo. Sin embargo, percibía con dolor que ella no quería nada con él. Y él no era un hombre que obligara a nadie a quedarse.
Con un gesto cansado, se incorporó y caminó hasta su gavetero. Abrió el primer cajón y sacó algunas de sus perten