19. Un pasado confuso.
Khaled estaba desconcertado.
La confesión lo había dejado helado, paralizado por una mezcla de confusión y dolor. ¿Era posible aceptar aquella mentira, o quizá si era verdad, al mismo tiempo enfrentarse a una realidad distinta, más cruda? Ese día en la que, él dijo que no la amaba, según Sarada, ella ya estaba embarazada. Pero... ¿cómo? ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo entender que, estando embarazada de él, se marchara sin decir nada? ¿Cómo digerir la idea de que lo había engañado durante tanto tiempo?
Su mirada se clavó en Sarada, quien sollozaba en silencio. No entendía por qué lloraba, pero algo en ella le provocaba lástima. ¿Cómo era posible que un niño de apenas cuatro o cinco años estuviera al borde de la muerte? ¿Cómo se enseña a aceptar algo así? Khaled apretó los puños con fuerza. Esa maldita enfermedad...
Entonces comprendió. Si ese niño era su hijo, no podía seguir perdiendo el tiempo. Tenía que actuar. Necesitaba hacerle una transfusión de sangre con urgencia. Su padre había pade