Capítulo 10

Silencios que se compran.

El sonido del agua cayendo desde la regadera resonaba en todo el baño como una especie de tregua.

Isabela dejaba caer el agua en su rostro tratando de disipar la ansiedad que sentía tras descubrir la verdadera razón de la muerte de su madre, pero ni el agua fría lograba calmar esa sensación extraña que tenía atrapada entre pecho y espalda.

Salió del baño envuelta en una bata blanca. Su cabello húmedo cayendo en cascada sobre sus hombros.

Se sentó al borde de la cama. Sus dedos repasaban una y otra vez el borde del sobre donde había guardado las pruebas de la muerte de su madre.

Su respiración era lenta, contenida, como si su pecho supiera que llorar ahora mismo solo sería un desperdicio.

Gabriel cruzó frente a la puerta entreabierta, sin camisa, la mirada de Isabela descendió desde su rostro hasta su abdomen, dándose cuenta de que llevaba un vendaje nuevo sobre el torso.

Él ni siquiera la miró. Detuvo su silla de ruedas tan solo p