CAPÍTULO 74. Inicia el fuego.
Capítulo 74
Inicia el fuego
El amanecer se coló entre las persianas del penthouse como una promesa envenenada: la luz del día no traía paz, sino urgencia. Isabela bajó las escaleras en pijama con la mirada fija en su celular, donde la última alerta de Silvio había llegado apenas hacía unos minutos:
》“Tenemos aviso de fase dos. Movimiento inminente.”
En la sala, Gabriel caminaba a paso lento hacia la cocina a preparar un poco más de café. Un vendaje improvisado cubría su pierna derecha, y la mueca en su rostro mostraba que el dolor aún lo dominaba.
Julián revisaba en la tableta del escolta las rutas de salida y los puntos ciegos de las antiguas cámaras de seguridad. Debían cuidar muy bien sus espaldas, ahora que todos sabían que ellos estaban luchando para exponer la verdad.
—No podemos quedarnos aquí más tiempo —dijo Julián sin levantar la vista del computador—. Quien planeó esto sabe perfectamente dónde encontrarnos.
Isabela se sentó en la esquina del sofá. Su rostro visiblemente