CAPÍTULO 73. Falsos mártires, verdaderos monstruos.
Capítulo 73
Falsos mártires, verdaderos monstruos.
El zumbido persistente del celular la despertó mucho antes de lo previsto. Aún no había amanecido del todo cuando la avalancha de notificaciones obligó a Isabela a mirar la pantalla. Los titulares, como cuchillas digitales, aparecían uno tras otro:
"¿Hija dolida o heredera ambiciosa?"
"Filtran fotos íntimas de Isabela Montenegro: ¿Amor real o estrategia mediática?"
"La cruzada de una mujer contra un legado médico... ¿verdadera justicia o venganza personal?"
La habitación del penthouse estaba envuelta en una penumbra azulada. Gabriel dormía a su lado, apenas cubierto por la sábana, pero Isabela no podía moverse. El frío no venía de la brisa de la ventana, sino de dentro de su pecho. El estómago le ardía, el corazón le palpitaba como si se anticipara al naufragio.
Levantó la vista y allí estaba su reflejo en el espejo del armario: la misma mujer que había sostenido la mano de su madre en el hospital, que había llorado frente a la tumba