CAPÍTULO 71. El hombre que volvió del silencio.
Capítulo 71
El hombre que volvió del silencio.
El silencio en la sala del penthouse se vio roto por un golpe seco contra la puerta de roble. Eran casi las ocho de la noche, y la elegante penumbra de los ventanales reflejaba las luces de la ciudad bañando el piso pulido en tonos dorados.
Isabela, todavía conmocionada por el breve encuentro en la plaza de justicia, alzó la vista desde el sofá y apuntó con un atisbo de pregunta hacia Gabriel, que la acompañaba.
—¿Quién diablos…? —murmuró él, erguido junto a la consola de cristal.
Ella se levantó con cautela y se acercó a la mirilla de la puerta. Con el corazón acelerado, distinguió unos ojos grises, profundos, y mechones plateados que escapaban del sombrero de ala ancha. Respiró hondo y apartó el cerrojo.
La puerta se deslizó hacia adentro, revelando la figura alta y enjuta de Julián Guzmán, aquel hombre al que, desde la infancia, consideraba un mito: el tío cuya muerte prematura había sumido a su madre en una depresión paralizante.
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