Capítulo 47

No todos los aliados tienen buenas intenciones.

La noche de la Gala Anual de Innovación Médica en el Gran Salón Federici comenzó con un crescendo de luces y música de cámara.

Los invitados, ataviados con esmóquines y vestidos largos, se movían entre columnas de mármol y lámparas de cristal. Un murmullo de expectativas llenaba el aire: pronósticos de nuevas alianzas, rumores de fusiones empresariales.

Para Isabela y Gabriel, aquella velada representaba más que un evento social; era la culminación de su batalla por descubrir los secretos tras la fundación de Clínicas Herrera y exponer las alianzas sucias de Adrián Martínez y su cómplice, Max von Steiger.

Isabela descendió de la limusina con un vestido color esmeralda que acentuaba la curva de sus hombros. Gabriel la siguió en su silla de ruedas adaptada con tapicería de terciopelo negro. Al entrar, fue recibido por saludos protocolarios: aplausos breves, reverencias corteses, cámaras capturando cada gesto.

—Están deslumbr