Capítulo 162

Unión y fuerza.

En pocas horas la noticia que habían decidido sacar a la luz corría por las redes y encendía editoriales. Los titulares no tardaron en transformarse en presión: “Magnate fugitivo amenaza con secuestrar a mujer embarazada”, “Extorsión y laboratorio clandestino: nueva arista en el caso Herrera”.

Los buzones de correo del penthouse se llenaron de mensajes; algunos de apoyo, muchos otros de alarma. La fiscal Duran, que ya había anticipado la potencia de la exposición pública, mantuvo la calma que da la experiencia.

—Esto se propagó como pólvora —dijo Silvio, desplegando en la pantalla del comedor una nube de enlaces y comentarios—. Tenemos que asumir que Herrera lo verá en cuestión de minutos y que reaccionará.

Isabela cerró los ojos un instante y respiró con un golpe seco. Su mano apretó el borde de la mesa.

—Lo sabrá —dijo—. Lo importante es que ya no podrá actuar a drede en contra de Teresa. La opinión pública va a exigir medidas y los aliados institucional