Capítulo 163

Decisiones difíciles.

La mañana llegó con una claridad engañosa en el despacho donde Carlos Herrera retomaba su papel de director sin concesiones. Había negociado silencios, había pagado favores a precios desorbitados y ahora, por fin, veía materializarse el último eslabón que necesitaba.

En un contenedor con matrícula falsa. Llegaron los paquetes envueltos con protocolos que no aparecían en ninguna guía pública. Cuando los hombres de Carlos Herrera levantaron las cajas, el olor a caucho nuevo y solventes se mezcló con una emoción en sus rostros. Filtros, bombas de vacío, cámaras de control, uniformes estériles de última generación. Todo lo que un laboratorio clandestino debería tener sin que la ley pudiera leerlo a simple vista.

—Volkov cumplió —dijo Montalvo, entregando un informe que trazaba la ruta del envío—. Llegó por una vía intermedia; despegó en un hangar pequeño, hizo escala y se entregó en una nave que figura como taller de empaques. Todo limpio, contado y sin