CAPÍTULO 141. El rescate.
Capítulo 141
El rescate.
La noche cubría San Miguel con un manto húmedo y pegajoso; la ciudad permanecía serena como en una noche cualquiera, mientras que por el sur las luces industriales parpadeaban como insectos metálicos.
Los vehículos camuflados en los que parte del equipo se disponía a viajar se detuvieron a unos metros del hangar; el motor del último coche se apagó y el silencio volvió a apoderarse del aire, pesado y absoluto. Cada respiración medía una cuenta regresiva.
Isabela permanecía sentada frente a los monitores, la pantalla reflejando mapas, cámaras y la animación fría del “parche” que Silvio había desplegado. Su mano apretaba el auricular hasta marcarse las yemas de sus dedos. Por un instante escuchó su propio pulso como si fuera un golpe seco, cercano. Cada línea verde en los monitores era una vida; cada pixel, una decisión.
—Parche activo —susurró Silvio por el canal, la voz tan ronca como las máquinas—. Ventana: catorce minutos limpios. Reajuste en diez... nueve...