CAPÍTULO 13. Dando justo en el clavo.
Capítulo 13
Dando justo en el clavo.
Esa misma tarde, en el despacho personal de Adrián Martínez, las luces estaban apagadas. Solo el resplandor azulado de la pantalla del ordenador iluminaba su rostro endurecido. En el centro del escritorio, reposaba un expediente rojo, casi como una herida abierta. El encabezado decía: "Caso Guzmán. Revisión del archivo clínico y legal."
El silencio era espeso, como si cada rincón de aquella oficina supiera que se acercaba una tormenta. Incluso el aire parecía detenido. En su pecho, Adrián sentía esa presión invisible que lo acompañaba desde hacía semanas. No era culpa —porque ya no se permitía ese lujo—, sino una punzada constante de advertencia: lo que había enterrado con tanto esmero comenzaba a salir a la superficie.
La puerta se abrió sin previo aviso.
Valeria entró con paso pausado, vestida con un sencillo pero elegante vestido gris claro. Su maquillaje era apenas perceptible, angelical. Una máscara de inocencia perfectamente diseñada. Se sen