Asya tragó en seco tras escuchar las palabras del lobo junto a ella.
-Pero si sale bien…- ella quiso completar la frase, pero de solo pensarlo su corazón saltaba.
Se llevó la mano a la nuca palpando la marca que estaba allí.
-Será doloroso, una vez que esta se comience a desvanecer. Incluso puede que el dolor te vuelva loca, pero podrás ser libre de él- Ilayen agarró la mano de ella y entrelazó sus dedos apretándolos de forma ligera. Las palmas de ella se sentían tan suaves a comparación de las duras de él.
-Libre- Asya mencionó lentamente. La sola idea de no tener miedo cada noche esperando ser llamada, o cuando cruzaba aquella puerta y sentía el olor de las feromonas del alfa que la estremecían.
Sus ojos… vacíos por culpa de ese mismo lobo se le llenaron de lágrimas. Podría volver a ver a su hermana, podría volver a sentirse segura. Podría ser libre.
Ilayen sonrió por la expresión que ella estaba poniendo en ese momento.
-Disculpa si te mentí antes- él soltó un suspiro- Como ves, mi