Mundo ficciónIniciar sesiónEl mensaje llegó igualmente a Gabriel. Eleanor lo supo cuando, esa misma noche, al regresar a su habitación, encontró bajo la almohada una pluma gris y una sola palabra escrita en cursiva y con trazo urgente:
“Ce soir.” Esta noche.
El corazón le latió tan fuerte que apenas pudo disimular la agitación durante la cena familiar, sintiendo el alfiler de plata que guardaba sobre su pecho como un latido furioso. Fingió un dolor de cabeza migrañoso y se retiró temprano. Dos horas después, cubierta con su capa y con Clara como cómplice silenciosa, abandonó la casa, dejando atrás los muros vigilantes de Ashbourne.
El carruaje, conducido por un aliado silencioso de Gabriel, la condujo hasta una posada







