Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio en el piso de Brooklyn era tan opresivo que Eleanor podía escuchar el zumbido eléctrico de la tableta. La luz azulada de la pantalla era la única iluminación en la sombría sala, pintando su rostro con un tinte espectral de fugitiva.
Llevaba dos días allí, se sentía agotada, pero la injusticia y la verdad que cargaba la mantenían despierta y con ánimos de hacer justicia.
Habían sido días de paranoia, el refugio de Omar, un antiguo loft industrial debajo del paso elevado del puente de Manhattan, era frío y eficiente, diseñado para la invisibilidad, pero las paredes de ladrillo parecían absorber el sonido y la esperanza.
Se obligó a ignorar el pánico helado que amenazaba con paralizarla, las palabras de Omar, yo soy el Guardián, y el guardián muere en la puerta, resonaban en sus oídos como una sentencia, si é







